El papa Francisco autorizó el pasado martes día 8 la promulgación del decreto de la Congregación para la causas de los Santos que reconoce las virtudes heroicas del Siervo de Dios Saturnino López Novoa (1830-1905), fundador de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. De esta manera es declarado venerable.
Saturnino López Novoa nació en Sigüenza (Guadalajara). Ordenado sacerdote en 1855, en Barbastro fue secretario de cámara y gobierno de la diócesis en sede vacante y párroco de término. Luego acompañó a su tío, nombrado obispo de Huesca (1861-1870) como secretario de cámara. Allí fue canónigo y chantre de la catedral.
La Junta revolucionaria de Huesca en 1868 desterró a ambos, que se refugiaron en la parroquia zaragozana de Santa Engracia, dependiente de la diócesis de Huesca. Desde la capital del Ebro el obispo siguió atendiendo al gobierno de su diócesis, mientras su sobrino colaboraba en esta parroquia y asistía a las Dominicas del colegio de Santa Rosa.
Participó en el Concilio Vaticano I como teólogo consultor y en Roma asistió y confortó a su tío en los últimos momentos de su vida en 1870. En 1873 fundó en Barbastro las Hermanitas de los Ancianos Desamparados con Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars. Fallecido en Huesca, su cuerpo descansa en la Casa General en valencia. Su proceso de beatificación se desarrolló en Valencia entre los años 1998 y 2000. En 2011 se inauguró una casa-museo en Huesca.
Para saber más:
ASENJO PELEGRINA; J. J, Saturnino López Novoa. Fundador de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, Madrid: BAC, 2000.