El arzobispo de Zaragoza y el prelado del Opus Dei bendijeron las imágenes en un acto litúrgico que reunió a una gran cantidad de fieles.
La parroquia de Santa Engracia cuenta desde ayer por la tarde con dos nuevas imágenes del beato Juan Pablo II y san Josemaría Escrivá de Balaguer, dos figuras de bronce de tamaño natural que han sido colocadas en el presbiterio de la iglesia, que incrementan un patrimonio artístico que ya fue enriquecido en febrero con un nuevo paso de la cofradía de Jesús camino del Calvario.
La bendición de estas imágenes tuvo lugar a las 19 horas en una ceremonia presidida por el prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarría, por expreso deseo del arzobispo de Zaragoza, D. Manuel Ureña. Asistieron también los obispos eméritos Mons. Carmelo Borobia y José Luis Redrado quince sacerdotes y numerosos fieles, que ya estaban esperando a las puertas cuando, a las 18 horas, se abrió el templo.
En la homilía, Mons. Echevarría recordó la estancia de san Josemaría en Santa Engracia y del beato Juan Pablo II en Zaragoza en 1982 y 1984. El santo aragonés en 1946 marchó a Roma para encaminar la situación jurídica del Opus Dei, que culminaría después de su muerte con su erección en prelatura personal (1982). De paso hacia Barcelona celebró la Santa Misa en la capilla de la Sagrada Familia de la iglesia parroquial de Santa Engracia, entonces perteneciente a la diócesis de Huesca, el 20 de junio de dicho año. Recordó otros episodios de su vida, como sus visitas al Pilar siendo seminarista y como supo conjugar la sabiduría cristina y la humildad, el amor a lo particular y lo universal.
Esto último lo manifestó también el beato Juan Pablo II con su amor por sus raíces polacas y su apertura a la Iglesia universal, a través de sus múltiples viajes por el mundo. En ambos se hizo manifiesto su anhelo por la santidad, valorando el pasado, viviendo el presente y animando a los cristianos a abrirse con confianza al futuro.
El prelado invitó a los fieles que abarrotaban el templo a acudir a la intercesión de ambos, porque supieron servir a la Iglesia y desgastaron su vida por el bien de las almas.
Después de la comunión Monseñor Ureña agradeció la presencia de Monseñor Echevarría y comunicó a los fieles el proyecto de dedicar las próximas parroquias de la ciudad a santa Genoveva Torres, San Josemaría y el beato Juan Pablo II, cuya próxima canonización parece próxima.
Juan Ramón Royo García