Extracto del primer capítulo
El cristianismo nació y se desarrolló en los primeros siglos dentro de los límites del Imperio Romano, cuya organización creó, sin pretenderlo, un contexto socio-cultural que contribuyó poderosamente a la expansión de la fe: la paz romana posterior a Augusto, la organización estatal de la administración, la red de vías de comunicación terrestres y marítimas y la unificación cultural con una lengua común. Su rápida expansión sorprendió a los propios paganos, pero no fue fruto de una estrategia sino que, desaparecido el impulso de los apóstoles, la actividad misionera, sin mandato particular, brotó del propio dinamismo de la fe bautismal entre las mismas filas de los cristianos.
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Iglesia e Imperio Romano en los cuatro primeros siglos