3 de noviembre
Santa Engracia, virgen, y los protomártires de Zaragoza
Fiesta
La Iglesia en Zaragoza venera hoy los nombres de la virgen santa Engracia, sus dieciocho compañeros y demás mártires que dieron la vida durante las persecuciones romanas, fueron ensalzados por el poeta Prudencio y se veneran en la cripta de la Basílica parroquia de Santa Engracia
Antífona de entrada
Los santos que siguieron las huellas de Cristo
Viven gozosos en el cielo.
Derramaron la sangre por su amor,
Por eso se alegran con Cristo para siempre
o bien
En la tierra los santos mártires han derramado su sangre por Cristo
por eso han alcanzado el premio eterno
Oración colecta
Oh Dios, que todos los años nos alegras
con la fiesta de santa Engracia, sus dieciocho compañeros
y demás mártires de Zaragoza;
ahora que celebramos su entrada en la gloria,
concédenos la gracia de imitar su fortaleza en el martirio.
Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de la Sabiduría 18, 1ª.3-4; 19,9
Hijo:
Para tus santos brillaba una espléndida luz.
En lugar de las tinieblas encendiste una columna,
que les diste para guía de su camino desconocido,
un sol inofensivo para su gloriosa peregrinación.
Pues dignos eran de ser privados de su luz y encerrados
en tinieblas los que guardan en prisión a tus hijos,
por quienes había de ser dada al mundo la luz incorruptible
de la ley.
Como caballos en sus pastos
y como corderillos que retozan,
te alababan a ti, Señor, como a su libertador.
Palabra de Dios
o bien
Lectura de la carta a los Hebreos 11,13-16
Hermanos:
Con fe murieron todos estos, sin haber recibido lo prometido; pero viéndolo y saludándolo de lejos, confesando que eran huéspedes y peregrinos en la tierra.
Es claro que los que así hablan están buscando una patria; pues, si añoraban la patria de donde habían salido, estaban a tiempo para volver.
Pero ellos ansiaban una patria mejor, la del cielo.
Por eso Dios no tiene reparo en llamarse su Dios: porque les tenía preparada una ciudad.
Palabra de Dios.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 30, 3cd-4. 6ab y 7b y 8a. 17 y 21 ab
V. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu
R. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y guíame.
R. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu
V. A tus manos encomiendo mi espíritu.
Tú, el Dios leal, me librarás;
yo confío en el Señor,
tu misericordia sea mi gozo y mi alegría.
R. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu
V. Haz brillar tu rostro sobre tu siervo;
en el asilo de tu presencia los escondes
de las conjuras humanas.
R. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
Aleluya
A ti, oh Dios, te alabamos.
A ti, Señor te reconocemos.
Te ensalza, Señor,
la brillante muchedumbre de los mártires.
EVANGELIO
Venid vosotros, benditos de mi Padre
+ Lectura del santo evangelio según San Mateo 25, 31-46
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones.
Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras.
Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha:
“Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”.
Entonces los justos le contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”.
Y el rey les dirá:
“Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis”.
Y entonces dirá a los de su izquierda:
“Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis”.
Entonces también estos contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?”.
Y él replicará:
“Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo”.
Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.
Palabra del Señor.
Oración sobre las ofrendas
Te rogamos, Señor,
al presentarte estas ofrendas en la fiesta de tus mártires,
Santa Engracia, dieciocho compañeros
y demás mártires de Zaragoza,
que así como eles diste la claridad de la fe,
nos otorgues a nosotros tu paz y tu perdón.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Prefacio de los santos mártires
Antífona de comunión 2Co 4, 11
Nos entregan a la muerte por causa de Jesús,
para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.
Oración después de la comunión
Por estos sacramentos que hemos celebrado
en la fiesta de tus mártires Engracia,
sus dieciocho compañeros y demás mártires de Zaragoza,
danos gracia abundante, Señor,
para que a la vista de su duro combate
aprendamos a ser fuertes en la paciencia
y a alegrarnos con la esperanza de la victoria.
Por Jesucristo nuestro Señor.