Queridos feligreses
“Vive Cristo, esperanza nuestra, y Él es la más hermosa juventud de este mundo. Todo lo que Él toca se vuelve joven, se hace nuevo, se llena de vida”. Así comienza la exhortación apostólica “Cristo vive” que el papa Francisco nos ofrece a toda la Iglesia tras el reciente sínodo de los jóvenes. Se trata de un texto exigente y optimista en el que abre nuevos horizontes y nos recuerda que “ser joven, más que una edad, es un estado del corazón”. Además, llega en el tiempo de Pascua, cuando celebramos que Jesucristo, el Señor, ha resucitado y vive con nosotros. Es el núcleo de la fe
y el corazón de la Iglesia.
Tras el sínodo sobre “los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, celebrado en Roma en octubre de 2018, en la que se escuchó “la voz de los jóvenes”, por medio de consultas previas y también de quienes participaron en el aula sinodal, el papa Francisco hace suyas las propuestas sinodales y nos entrega este nuevo documento a la Iglesia, para que sigamos viviendo la actualidad de la fe y el compromiso con la misión. Una vez más el papa nos recuerda la necesaria “conversión pastoral” a todas las comunidades cristianas para dar un paso adelante, especialmente, hacia los
jóvenes, las familias y quienes se han alejado de la fe.
Uno de los consejos más sorprendentes que el papa da a los jóvenes (¡y a todos!) es que aprendamos a llorar porque “cuando sepas llorar por quienes estén peor que tú, serás capaz de hacer algo de corazón por los demás”. También habla con fuerza de los emigrantes y nos advierte de que no los veamos como “seres peligrosos que no tienen la misma dignidad de todo ser humano”. Nos hace llamadas a no dejarnos llevar por la superficialidad y a vivir una fe real basada en una amistad personal con Dios y apoyada en la Eucaristía y la confesión. El papa nos anima a todos y especialmente los jóvenes a ir “contracorriente”, puesto que “no vinimos a este mundo a vegetar, a pasar por él cómodamente […]. Hemos venido a otra cosa, a dejar huella”. Él confía que los jóvenes van a multiplicar la esperanza en un mundo necesitado de ella.
Este nuevo documento del papa Francisco es para todos los cristianos y, en nuestra parroquia, queremos acogerlo como un compromiso con los jóvenes y con la evangelización. Como dice el papa nuestras parroquias están llamadas a “crear hogar” y “crear familia”, a edificar auténticas “casas de comunión” donde todos tengan cabida y encuentren la Buena Nueva del Evangelio que puede dar sentido a sus vidas.
Seguro que la próxima celebración de la muerte y resurrección de Jesucristo nos ayuda a vivir con mayor compromiso la misión que Él nos ha confiado. ¡Feliz Pascua de Resurrección!
Estoy a vuestro servicio.
Santiago Aparicio