Queridos feligreses
Dentro de unos días la ceniza marcará el punto de arranque de un camino de transformación personal. La cuaresma es un “cursillo básico” de vida cristiana. Se trata de un tiempo de preparación para vivir, con más intensidad, la vocación a la santidad que, como nos dice el papa Francisco, se traduce en vivir “con amor y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día, allí donde cada uno se encuentra” (GE 14).
Ayuno, oración y limosna son las recomendaciones que orientarán nuestro camino hacia la Semana Santa. Quizá hay quien piensa que son prácticas trasnochadas, o que se han quedado en simples mensajes que adornan este tiempo, pero la Iglesia las sigue predicando con intensidad como medios que nos ayudan a vivir este tiempo de gracia que nos configura más perfectamente con Cristo.
Dedicar más tiempo a la oración, al encuentro con Jesús, a la meditación de su Palabra y a la escucha de su voluntad. Vivir de forma más contemplativa, abriendo la mirada a la presencia de Dios en nuestra existencia. Sentir la fuerza de su Espíritu que nos impulsa y nos fortalece. Seguro que, en este tiempo, podemos intensificar nuestra vida de oración y crecer en la relación con Dios. En la parroquia os propondremos encuentros de oración durante este tiempo, como los Vía crucis de los viernes, pero todos los podemos procurar en el día a día.
El ayuno es una propuesta de sencillez y autenticidad. Nos hemos acostumbrado a la satisfacción inmediata de las necesidades y a pensar que el consumo es la garantía de felicidad. Nada más lejos de la realidad. Os invito a identificar de qué podemos ayunar este tiempo. La austeridad en el comer puede estar acompañada con la sencillez en las compras, o la renuncia a la televisión, o en desconectar el móvil cuando estamos con la familia y amigos… Seguro que podemos asumir un buen ayuno que nos ayude a estar más cerca de Dios, de nosotros mismos y de los demás.
La limosna es expresión de la comunión con los necesitados. En cuaresma también es importante vivir la solidaridad. En Santa Engracia os invitamos a ser solidarios, especialmente en este tiempo, con los cristianos perseguidos de Siria por medio de la campaña “Indestructibles en la fe” de Ayuda a la Iglesia Necesitada. Nuestros hermanos nos necesitan y a ellos dirigiremos nuestra atención. En el templo uno de los cepillos se dedicará a ellos. Os animo a que seáis generosos.
Comienza la cuaresma, un itinerario para vivir el encuentro con el Señor . ¡Buen camino!
Estoy a vuestro servicio.
Santiago Aparicio